Ansiedad Funcional: Por qué sonríes en el trabajo mientras te derrumbas por dentro
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¿Alguna vez te han dicho "no sé cómo haces tanto" o "siempre tienes todo bajo control"? Y tú sonríes y das las gracias, pero por dentro sientes que te estás rompiendo en pedazos.
Si esto te suena familiar, es posible que estés experimentando lo que llamamos Ansiedad de Alto Funcionamiento.
La mentira de la "persona perfecta"
Vivimos en una sociedad que aplaude el agotamiento. Creemos que si somos productivos, no podemos tener ansiedad. Pero la realidad es muy distinta. La ansiedad funcional es experta en usar máscaras. Por fuera eres el empleado perfecto, el padre o madre ideal, el amigo que siempre está. Pero por dentro:
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Te cuesta horrores relajarte (sentís culpa si no haces nada).
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Tu mente no para de repasar listas de tareas antes de dormir.
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Tienes un miedo irracional a decepcionar a los demás.
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Sientes un nudo en el estómago constante, aunque nadie lo note.
El costo de fingir que "todo está bien"
El problema de la ansiedad funcional es que, como "funciona" (sigues trabajando, sigues cumpliendo), nadie te ofrece ayuda. Y tú tampoco la pides porque piensas: "No estoy tan mal, yo puedo con todo".
Pero el cuerpo lleva la cuenta. Esa tensión acumulada termina saliendo: insomnio, bruxismo, dolores musculares o ataques de pánico repentinos.
¿Cómo quitarse la máscara?
El primer paso es admitir que no tienes que poder con todo. Tu valor no depende de cuánto produces ni de cuán perfecto eres. Está bien decir "no". Está bien decir "hoy no puedo".
Si sientes que has estado corriendo una maratón sin fin y necesitas herramientas prácticas para detener ese ruido mental, no tienes que hacerlo solo/a.
En mi guía práctica "Ya No Puedo Más", he recopilado las técnicas exactas para bajar el volumen de esa ansiedad y recuperar la calma sin dejar de ser tú.
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